¿Por qué estudiar Tecnología Biomédica?

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La  TECNOLOGÍA BIOMÉDICA se encuentra entre las áreas de mayor crecimiento en los últimos diez años y entre los trabajos mejores pagos del mundo, pero en América Latina hay mucho por hacer para crecer. 

 

 

Tal vez  uno de los aspectos más críticos que puso de manifiesto la pandemia  global es el estado de vulnerabilidad y escaso desarrollo de nuestros sistemas de salud  en América Latina.

Más allá de lo que nos puedan decir los líderes políticos de turno, la realidad es que  la mayor parte de los hospitales públicos de esta región del planeta  se encuentran en estado de grandes carencias tanto desde el punto de vista tecnológico como en lo referente  al número y formación de los  recursos humanos que tienen que diseñar, instalar y mantener a las instalaciones y al equipamiento hospitalario  sobre el que se sostienen las actividades diagnósticas y terapéuticas de esas instituciones de salud.

Pero ante esta realidad tan poco satisfactoria podemos arriesgar una mirada esperanzadora en la que todo hace prever que si de algo nos puede haber servido la desgracia del COVID 19, es en darnos cuenta que necesitamos mucha más gente con formación en las diversos campos de actividad que abarca la tecnología biomédica en su conjunto: diseño, desarrollo, mantenimiento, emprendedorismo, control de calidad, vigilancia tecnológica, etc.

Cada uno de estos sectores de actividad de la tecnología biomédica es un mundo en sí mismo y necesitamos conocer las bases generales de la misma para poder encontrar nuestro lugar de desarrollo en ella de acuerdo a nuestros intereses, gustos y pasiones.

El diseño de equipamiento biomédico es un área sumamente atractiva y para éso necesitamos estar conectados con empresas del sector o bien plantearnos nuestro propio proyecto de generación de una empresa de base tecnológica orientada a la manufactura y/o venta de los productos que estamos creando.

Pero también podríamos abordar a la tecnología biomédica desde el área de los servicios y nuestro camino podría ser el de trabajar de manera rentada o como empresa  haciendo tareas de mantenimiento, consultoría o puesta en marcha de instalaciones y/o equipos específicos.

Y la mirada será distinta si nuestro rol es el de realizar la gestión de la tecnología biomédica desde un sector privado o estatal que requiera el máximo nivel de eficiencia y utilización del gasto que muchas veces es redundante y con escaso nivel de utilización por parte de la población.

Otras miradas podrán ser inclusive más operativas y estar dedicadas a conocer los principios básicos sobre los que operan los equipos biomédicos de riesgo o de uso común en clínica y hospitales: electrocardiógrafos, respiradores, monitores multiparamétricos, oxímetros de pulso, gases medicinales, etc

Cada perspectiva nos abre un mundo nuevo en el que tenemos que explorar e indagar para encontrar nuestro lugar pero lo cierto es que toda nuestra región necesita comenzar a realizar un debate más serio acerca de las plataformas tecnológicas de salud que tenemos porque debemos evolucionar hacia un siglo XXI al que todavía no llegamos.

Uno de los trabajos más reconocidos en el mundo desarrollado y más ignorados en América Latina. 

En el ranking mundial que habitualmente se hace de los trabajos mejor rentados del mundo, la tecnología biomédica y la ingeniería clínica como campos de actividad aparecen entre los mejores pagos.

En un promedio de U$ 81.000 de ingreso anual con un margen superior que supera los u$ 100.000, el mundo desarrollado valora y demanda a los recursos humanos formados en estas disciplinas y sin embargo nosotros no solamente carecemos de ese tipo de retribuciones para los profesionales y técnicos que se desempeñan en el sector sino que además no somos capaces de comprender la enorme importancia que tiene este campo de actividad como factor de desarrollo dinámico de una industria con capacidad de proyección global.

La República Argentina con sus fábricas de respiradores, incubadoras y aún equipos de diagnóstico por imágenes se destaca en la exportación de los mismos tanto hacia Europa como Estados Unidos y la China. Es decir somos capaces de generar industria y empresa local. Pero aún nos falta mucho por hacer y necesitamos de una masa crítica de personas que estén dispuestas además de generar proyectos que vayan más allá del empleo en un hospital o una oficina de un ministerio público.

La Tecnología Biomédica de América Latina tiene que crecer en base a la creación de semilleros, incubadoras de empresas y ecosistemas convergentes en los que la creatividad, la innovación y la puesta en práctica de las grandes ideas sean las grandes directrices de una de los campos del conocimiento más apasionantes que existe en el mundo de la tecnología.

Para lograr ésto hay que formarse y generar comunidades dispuestas a ir hacia adelante con sus ideas y proyectos.

 

Ing. Antonio ALVAREZ ABRIL               

Director IRB

 

* Conoce más sobre nuestros cursos de INTRODUCCIÓN A LA  TECNOLOGÍA BIOMÉDICA con la Universidad de Vermont de Estados Unidos.

 

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