Proyecto ACV Help

Las enfermedades cerebro-vasculares constituyen, en la actualidad, uno de los más importantes problemas de salud pública.

Son la tercera causa de muerte en el mundo occidental, la primera causa de invalidez permanente entre las personas adultas y una de las principales causas de déficit neurológico en el anciano.

Cuando el ACV se produce en  niños de 0 a 14 años, con una buena rehabilitación existe mayor posibilidad de recuperación que en los adultos.

En Argentina fallecen dos personas por hora a causa del ACV, es decir 18.400  habitantes por año.

Además esta enfermedad genera un gran impacto económico en el sistema de salud nacional  y en la vida diaria de las familias en las que algún integrante sufre  de ella.

Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro, a causa de que un vaso sanguíneo se obstruye o se rompe. En el primer caso se trata de un ACV isquémico, y en el segundo, hemorrágico. La enorme mayoría (alrededor del 75 por ciento) son isquémicos.

Pero en cualquiera de las dos situaciones, al detenerse la circulación sanguínea, el cerebro deja de recibir sangre y oxígeno, con lo cual el tejido cerebral puede sufrir deterioro de sus funciones o morir. Y como consecuencia, puede producirse daño permanente o la muerte de la persona.

«Cada minuto que deja de irrigarse una gran arteria se destruyen 1,9 millón de neuronas, 14 millones de sinapsis y 12 kilómetros de fibras mielinizadas», señaló Foa Torres en base a datos de publicaciones científicas norteamericanas.

Por eso el tiempo es vital, ya que si el ACV se detecta en forma temprana hay disponibles alternativas de tratamiento efectivas para evitar que las células cerebrales dejen de ser viables o mueran. Por distintas vías, por ejemplo a través de drogas trombolíticas o uso de catéteres, todas apuntan al mismo objetivo: restablecer rápidamente la circulación sanguínea al tejido cerebral.

El proyecto «ACV Help» trabaja sobre el desarrollo de máquinas controladas de movimiento forzado para ayudar en la recuperación de pacientes que sufren esta enfermedad, pero además desde el IRB-UTN también ayudamos a la difusión de medidas preventivas para prevenir los daños severos que provoca esta patología.

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