La palabra “mantenimiento” suele ser poco comprendida en su uso general por parte de la población y aún lo es menos cuando hablamos de mantenimiento (MTO) en los ámbitos y contextos de la salud.
Por mantenimiento en general entendemos aquellas acciones de “reparación” que tenemos que hacer cuando algún artefacto, equipo o instalación deja de funcionar, hablamos aquí de un tipo de mantenimiento: el correctivo.
Eventualmente tampoco es difícil entender el concepto de que para que la tecnología no deje de funcionar se necesitan realizar acciones de prevención como mantener adecuadamente el nivel de aceite en el motor de nuestro vehículo o cambiar la batería una vez que está nos da muestras de que “no da más”.
Sin embargo, en el caso de los ambientes hospitalarios actuales, las cosas son distintas por varios motivos:
1.- Existen contextos críticos en los cuales un fallo de origen tecnológico puede provocar daño o muerte en pacientes o personal de salud.
2.- La manipulación inadecuada de la tecnología puede repercutir en accidentes que pueden afectar sistemáticamente a la institución como es el caso de las infecciones intrahospitalarias entre otras posibilidades.
3.- Debido a la complejidad y criticidad que la tecnología médica ha alcanzado en nuestros días, los modelos de gestión de mantenimiento basados en la “corrección” y la “prevención” son totalmente ineficientes para un ambiente hospitalario de mediana o alta complejidad.
4.- Los presupuestos previstos para MTO son en general escasos.
5.- La formación de recursos humanos en articulación con la evolución de la tecnología prácticamente no existe y por lo tanto son sectores desbordados e insatisfechos ante una demanda a la que no pueden dar respuesta.
A este tipo de situaciones se suma el deterioro que las instituciones han sufrido en su estructura e instalaciones durante años de escaso mantenimiento sumado a un aumento de demandas por parte del crecimiento a veces caótico o no planificado de los distintos servicios.
Instalaciones eléctricas o sanitarias que han sido previstas para un cierto consumo terminan en muchos casos ducplicándolo o tripicándolo, con el riesgo que esto implica.
Personal de mantenimiento que entendía algo de instalaciones básicas se encuentra hoy con instalaciones termomecánicas microcontroladoas electrónicamente o con equipos que superan ampliamente su cualificación profesional para entenderlos tanto en su funcionamiento como en sus riesgos o bien desconoce normas de aplicación que son objeto de apercibimientos legales en caso de producirse algún tipo de accidente de origen tecnológico.
Para corregir y EVOLUCIONAR en la mejora del mantenimiento hospitalario se necesita de la aplicación de visiones sistémicas que aborden la problemática desde los distintos ángulos operativos y bajo un fuerte marco de políticas activas tanto centrales como institucionales
El problema del MTO hospitalario es sobre todo un problema sistémico que para su abordaje exitoso requiere de un programación y una planificación en la que deben estar comprometidos una importante serie de actores institucionales que trascienden aún al propio sector institucional. Se necesitan años de trabajo sostenido para lograr cambios sustantivos en encuadres y políticas institucionales.
El Mantenimiento Hospitalario Bajo Protocolos RCMH2 constituye una línea de acción en la que desde la Universidad Tecnológica Nacional venimos trabajando a fin de solucionar los problemas mencionados anteriormente y sobre todo abordar la problemática del mantenimiento desde una perspectiva basada en enfoques científico-tecnológicos y esencialmente prácticos.
RCMH2 es un protocolo de trabajo basado en los criterios de funcionalidad, confiabilidad y diseño de rutas y gamas de mantenimiento para cada caso particular.
Cualquier institución hospitalaria lo puede adaptar a sus propias necesidades y su análisis e implementación permite que los responsables del área de mantenimiento, desde la gestión a la operatividad técnica, desarrollen una visión sistémica sobre sus propias plataformas tecnológicas e identifiquen en ella las funciones críticas, los modos de falla predecibles y la mejor forma de operar sobre ellas.